jueves, 11 de diciembre de 2008

Confrontación con la docencia

La carrera que estudié es de ingeniero químico porque me gustan las ciencias exactas y me incliné por esta área. Pensaba que me iba a quedar a trabajar en la ciudad de Monterrey, N.L. porque había muchas industrias donde podía desarrollar mi profesión, sin embargo, regresé a la provincia y me dedique a trabajar en la iniciativa privada por muchos años y con éxito.
Como vivo en provincia en el año de 1992 surgió la necesidad de un interinato de una maestra incapacitada por gravidez en el CBTis No. 54 y me invitó el subdirector en ese periodo, únicamente por esa ocasión, porque no tenía pensado ser maestra y creía que era un trabajo complicado por no contar con estudios de pedagogía y por los alumnos adolescentes, además por la asignatura que impartiría que era el taller de lectura oral y expresión escrita. Tenía la confianza que lo podría hacer porque se nos preparaba en primaria, secundaria y bachilleres en tener buena ortografía, redacción y disciplina; contando con el apoyo que se me ofreció en el plantel educativo de capacitarnos con algunas técnicas de enseñanza y evaluación.
Inicié como maestra en septiembre de 1992 a partir del interinato antes mencionado, se me hizo mucho trabajo pero me gustó, en enero de 1993 me citaron para que tomara los seis grupos de química II porque no tenían maestro, pero no como interinato sino en forma definitiva y lo acepté porque el subdirector me dio su apoyo incondicional, ya que él era pedagogo por estudios y experiencia en el área de ciencias naturales, esto me daba confianza para desarrollar bien mi trabajo; los conocimientos de la asignatura los tengo.
Pienso que la carrera de ser profesor es más por vocación que por carrera, se le debe dedicar mucho tiempo fuera de horario a los alumnos y a preparar la asignatura en cuanto a su planeación, material didáctico y revisado de tareas, aunque se cuente con la tecnología avanzada es necesario seleccionar el material y esto requiere de tiempo. Creo que como profesora debo tener una vida digna y una conducta intachable, porque es la imagen que está dirigiendo a los alumnos y ellos me tomarán como su líder y tratarán de ser iguales o mejores en un futuro. Mi comportamiento o conducta como profesora debe ser igual dentro y fuera de la escuela, porque se vive en una sociedad y siempre se reflejará la actuación de la persona. Por esto, siento que el ser profesor es una gran responsabilidad con uno mismo, con la sociedad, con nuestras autoridades educativas y con el país. Esta profesión es privilegiada para mí porque han depositado los padres de familia su confianza al dejar a sus hijos en mis manos para que los guíe en la asignatura que se me asigne y los forme para que puedan resolver problemas cotidianos que se le presenten en la vida.
Únicamente he trabajado como docente en el nivel medio superior y me he enfrentado a problemáticas comunes de los alumnos adolescentes de conducta y de bajo rendimiento. Sin embargo, cada semestre escolar voy adquiriendo confianza en mí misma y actualizándome en conocimientos de las asignaturas que imparto como en estudios pedagógicos para obtener más herramientas didácticas y poder contribuir a mejorar la calidad de la educación.
Me satisface tener conocimiento de los alumnos que egresan que si lograron construir su aprendizaje en la asignatura y en su formación general, además, que reflejo disciplina, organización de trabajo y aplico otros valores.
También como satisfacción personal es que he logrado llegar a obtener mi clave presupuestal E4863 iniciando en una E4517 mediante el Programa de Promoción Docente; y el haber estudiado la maestría de Pedagogía como el seguir capacitándome voluntariamente como hasta hoy en este curso de especialización.
No he logrado disminuir el porcentaje de reprobación en las asignaturas de química al 90% porque creo no poder atender a todos los alumnos por igual, ya que son cincuenta por aula, y no he podido invertir de mi tiempo extra en ellos.
A pesar de que no tuve la preparación pedagógica como carrera creo que lo hecho más o menos bien, mis autoridades educativas no me han manifestado lo contrario; por este motivo menciono que la carrera del profesor debe ser más por vocación que por profesión.

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